El niño de Wali Wasi



                                                             

Los pequeños también visitan el altar de la mamapacha, nada se le niega, están tocando las piedras, riéndose de las pinturas, o jugando con don pedro. de su inocencia brota su sinceridad  y eso nos conmueve, no queremos que dejen de serlo. Cuando los niños nos hablan,  es la misma madre tierra quien toca nuestro corazón.